Durante los meses de verano, los niños y niñas disfrutan de un tiempo para descansar y vivir experiencias distintas, fuera del entorno escolar. Pero al igual que para los mayores, los pequeños de la casa también deben enfrentarse a la vuelta a la rutina.
Cada uno se enfrentará con más o menos ganas a la vuelta al cole. De cualquier manera, un nuevo curso debe ser enfocado como una nueva oportunidad, un nuevo comienzo para mejorar y continuar aprendiendo.
Para ello, incluimos algunos consejos que pueden ayudar a las familias en estas primeras semanas a que el curso finalice con éxito y transcurra con la mayor facilidad posible.
En primer lugar, cabe hablar del lugar de estudio. Es recomendable que el niño o niña cuente con un espacio adecuado para estudiar o hacer los deberes. A ser posible, debe estar bien iluminado y ser tranquilo, sin distracciones como el televisor u otras fuentes de ruido. También debería contar con un lugar concreto y específico para guardar su material escolar, ya que así podrá encargarse él mismo de preparar lo que necesite cada día y ganar en autonomía.
Para ayudar también a que se hagan más responsables, es recomendable poner un horario que sea visible en su lugar de estudio, así sabrá qué materias debe preparar para el día siguiente. Un elemento clave es la organización. Es normal que los niños y niñas no sepan cómo organizar sus deberes (qué hacer antes, qué después, qué es más o menos urgente…) . Para ello, los adultos serviremos de guía. Al principio tendremos que hacerlo explícitamente, dando directrices claras. Poco a poco, les dejaremos que ellos mismos sean los que planifiquen sus tareas y nosotros nos dedicaremos a supervisar.
Además del lugar de estudio del que hemos hablado previamente, también es necesario una rutina de estudio. Es decir, establecer un momento a lo largo del día en el que el niño o niña sabe que debe hacer sus tareas. Al principio de curso, probablemente no tenga deberes pero podemos invitarle a que dedique ese tiempo a leer o dibujar. De este modo vamos creando poco a poco un hábito para el resto del año.
Finalmente, es importante también que los niños y niñas tengan tiempo para descansar, jugar o salir al parque. El estado emocional y el descanso acaban repercutiendo positiva o negativamente en los resultados académicos. Por ello, es importante valorar sus logros y animarlos siempre a seguir mejorando. Del mismo modo, debemos hablar con ellos sobre sus miedos o preocupaciones
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