Existe una estrecha relación entre la psicomotricidad del niño y el aprendizaje escolar. Como ya mencioné en el artículo anterior el gateo es uno de los hitos motores más importantes en este sentido. Hoy desarrollaré más ampliamente el por qué de la importancia del gateo.
El gateo es una etapa en el desarrollo de los niños que acontece aproximadamente entre los 6 y los 10 meses. Por gateo entendemos el acto de desplazarse en cuatro puntos de apoyo, con un patrón cruzado de movimiento.
Existen una serie de beneficios que el gateo aporta, tanto a nivel de aprendizaje como evidentemente a nivel motor. Entre ellos vamos a destacar los siguientes:
– El desarrollo del patrón cruzado de movimiento, que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal. Este movimiento consiste en mover brazo de un lado del cuerpo y pie del contrario alternativamente.
– Cuando gateamos se tonifican los músculos de la columna, al obligar al bebé a mantener la cabeza erguida para observar por donde se desplaza, lo cual permitirá al niño mantenerse erguido en la etapa bípeda.
– El gateo ayuda a perfeccionar la visión, aprende a enfocar a una distancia de 30-40 cm aproximadamente, lo que desarrolla la convergencia visual. Distancia que más tarde será a la que colocará el libro cuando empiece a leer o escribir en su etapa escolar.
– Se desarrolla el sistema vestíbular que es el encargado de regular el equilibrio, y el sistema propioceptivo,que es aquel que nos permite ubicarnos en el espacio con respecto a nuestro cuerpo.
– Estimula la tactilidad de la palma de la mano, lo cual beneficia a su vez la motricidad fina que un futuro se traducirá en en un buen control del trazo en la escritura.
– Se desarrolla la coordinación óculo-manual. Ya que en este momento el bebé establece la distancia que existe entre sus ojos y sus manos, lo que le ayudará en el momento de leer o escribir.
– Conecta los hemisferios cerebrales creando rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
– Ayuda a establecer la lateralidad cuando entre los 3 y los 5 años se establezca la dominancia de uno de los hemisferios cerebrales.
Hay que decir que no todos los bebes gatean y esto no quiere decir que presenten alguna patología, o que en su edad adulta vayan a tener algún problema. No hay que forzar al gateo pero si estimularlo y favorecerlo. Es importante que ayudemos a nuestros hijos en muchos aspectos de su desarrollo a lo largo de su vida, y el gateo no se escapa de esto.
Hoy en día los padres tendemos a la sobreprotección de nuestros hijos y es cada vez más frecuente ver niños que no gatean. “El suelo está frío”, “ hay muchos gérmenes”, “prefiero que camine pronto”, “¿cuándo va a andar?”, son frases que nos encontramos a diario en los Centros De estimulación. El gateo es la forma natural por la que El Niño conoce, percibe, siente y entiende de manera correcta su entorno así como también empieza a convivir de manera sana con la gravedad.
Si no dejamos que nuestros hijos adquieran un desarrollo motor natural estaremos predisponiéndolos para que de adultos sufran más problemas de columna. Al ser bípedos el precio que pagamos es la presión mantenida que se ejerce sobre nuestros discos intervertebrales, si nuestro bebé no vive esta etapa estaremos impidiendo el sano y natural fortalecimiento de sus discos. Estos discos se deshidratan mucho más rápido en posición bípeda que cuando estamos en cuadrupedia. Por todo esto debemos evitar acelerar el proceso de bipedestación así como el uso prematuro de andadores.
Después de toda esta información se puede constatar la importancia del gateo para el desarrollo evolutivo de nuestros hijos. HAY QUE DEJARLOS GATEAR.