Es algo que nos diferencia, nos caracteriza, nos personaliza. En definitiva nos hace personas. Nadie más que nosotros tiene la capacidad de comunicarse con los demás de la manera que lo hacemos.
Pero, ¿por qué? ¿En qué momento de la evolución el ser humano pudo empezar a manifestar sonidos con sentido para que los demás seres humanos lo comprendieran?
Un equipo de la Universidad de California en Los Angeles ha determinado que un gen (y proteína) llamado FOXP2, capaz de cambiar la actividad de otros genes y que es parecido en otros animales, cambió hace muchos millones de años (en el momento en que el ser humano se separó genéticamente del chimpancé) lo que propició unos cambios físicos que afectaron a la capacidad del lenguaje. Por ejemplo, la forma de la mandíbula y el tamaño de la laringe nos permiten hablar, el aire tiene un recorrido lo suficientemente extenso como para que suene al pasar por las cuerdas vocales.
Por otra parte, no solo la voz es impresionante en el ámbito de la biología, también tiene curiosidades que la hacen atractiva para el común de los mortales. Por la voz de una persona podemos determinar su personalidad, nos puede llamar la atención, nos puede molestar, podemos incluso llegar a detectar un problema físico o incluso mental.
Por lo que si crees que tienes algún problema derivado de la voz te aconsejamos que vengas a Centro Logos para que lo soluciones. Tanto si eres un adulto como si tu hijo padece cualquiera de los trastornos que tratamos. Nunca es tarde para aprender de tu voz.